FLAUBERT: UNA VIDA CONSAGRADA A LA LITERATURA
Gustave Flaubert nació en Ruan, Normandía, en 1821. Su padre, cirujano jefe del hospital de Ruan, sirvió como modelo para el personaje del doctor Lariviēre en Madame Bovary. En 1832 ingresó en el instituto de Ruan, donde se inició en la literatura. Durante el verano de 1836 conoció a Élisa Schlésinger en Trouville; este encuentro, que lo marcó bastante, quedó reflejado en La educación sentimental.
Inició a continuación sin demasiada convicción los estudios de Derecho en París. En su juventud Flaubert estaba lleno de vigor y, a pesar de su timidez, poseía una cierta gracia, era muy entusiasta e individualista y aparentemente no tenía ninguna ambición. Conoció a Víctor Hugo y a finales de 1840 viajó con él por los Pirineos y Córcega. De vuelta a París vivía de las rentas que le proporcionaba su patrimonio. En junio de 1844, Flaubert, que detestaba la ciudad, dejó los estudios de Derecho y abandonó París para regresar a Croisset, cerca de Ruan, donde vivió con su madre y más tarde con su sobrina. Esta propiedad, una casa en una agradable parcela a orillas del Sena, fue el hogar de Flaubert hasta el final de sus días. Aquí es también donde comenzó sus primeros trabajos literarios, por ejemplo la primera versión de La educación sentimental.
En 1846 murieron su padre y su hermana, dos meses después de que enfermaran y Flaubert se hizo cargo de su sobrina. Comenzó una tormentosa relación con la poetisa Louise Colet (1810–1876), que duró diez años y de la que resultó una importantísima correspondencia en lo que fue el único episodio sentimental de importancia en la vida de Flaubert, que nunca se casó. De nuevo en París asistió a la Revolución de 1848, con la que fue muy crítico. Durante el Segundo Imperio frecuentó los salones parisinos más influyentes y entre otros se relacionó con George Sand. En 1849 escribió la primera versión de La tentación de San Antonio. En esa época realizó un largo viaje (1849–1851) en el que recorrió Italia, Grecia, Egipto, Jerusalén y Constantinopla. Este viaje causó una gran impresión en la imaginación de Flaubert pero desde entonces, y salvo ocasionales visitas a París, no volvió a abandonar Croisset.
De regreso de su viaje a Oriente, en 1851 empezó a escribir Madame Bovary, que fue publicada por primera vez en formato de folletín en 1857. Las autoridades iniciaron acciones legales contra la editorial y el autor, acusados de atentar contra la moralidad, pero fueron declarados inocentes. Cuando Madame Bovary apareció en formato de libro recibió una cálida acogida. Flaubert pudo costearse una visita a Cartago entre los meses de abril y junio de 1858, a fin de documentarse para su próxima novela, Salambó, que no terminó hasta 1862, a pesar del trabajo ininterrumpido del escritor.
Retomó entonces el estudio de las costumbres de su época, y, utilizando muchos de sus recuerdos de su juventud e infancia, el 1 de septiembre de 1864 comenzó a escribir la segunda versión de La educación sentimental, que fue publicada en 1869.
La muerte o la incomprensión lo alejaron de sus amistades. En 1872 perdió a su madre, y su hasta entonces buena situación económica empeoró. Su sobrina, Mme. Commonville, cuidaba cariñosamente de él. También entabló una relación de íntima amistad con George Sand, con la que mantuvo una correspondencia de inmenso interés artístico, y de vez en cuando se veía con sus conocidos parisinos, Émile Zola, Turgenev, Edmond Rostand y Jules Goncourt. La tentación de San Antonio, de la que en 1857 se habían publicado algunos fragmentos, fue por fin concluida y publicada en 1874. En ese año recibió un gran desengaño a causa del fracaso de su obra de teatro El candidato. En 1877 Flaubert publicó Tres cuentos («Un corazón sencillo», «La leyenda de San Julián el Hospitalario» y «Herodías»). Pasó el resto de sus días trabajando incansablemente en una sátira de la futilidad del conocimiento humano y la omnipresencia de la mediocridad, que finalmente dejó inacabada. Se trata de su deprimente y desconcertante Bouvard y Pécuchet, publicada póstumamente en marzo de 1881, que Flaubert consideraba que iba a ser su obra maestra. Flaubert envejeció rápidamente a partir de 1870, y parecía un anciano cuando falleció en 1880, a la edad de 58 años.
El carácter de Flaubert ofrecía varias peculiaridades. Era tímido e incluso extremadamente sensible y arrogante; oscilaba entre una desesperación poco menos que nihilista y una vitalidad y joie de vivre casi rabelesiana. Tenía una gran tendencia a la soledad y el retraimiento social. Las mismas incoherencias marcaban su físico; tenía una fisonomía robusta pero padeció una molesta epilepsia desde la infancia; asimismo era un neurótico obsesionado con la escritura, pretexto de sus depresiones y de sus entusiasmos. Este rudo gigante fue secretamente corroído por la misantropía y el disgusto por la vida. Despreciaba la vulgaridad, la mediocridad, el adocenamiento, el materialismo del burgués, así como sus hábitos, su falta de inteligencia y su desprecio por la belleza.
Flaubert se sitúa entre la primera generación realista francesa (Stendhal, Balzac) y la generación naturalista (Zola, Maupassant, que consideraba a Flaubert su maestro). Su preocupación e interés por el realismo y la estética de sus obras justifica el largo trabajo de elaboración de cada una de sus obras. Su mirada irónica y pesimista hacia la humanidad le convierte en un gran moralista.
PRINCIPALES OBRAS
- Madame Bovary (1857)
- Salambó (1862)
- La educación sentimental (1869)
- La tentación de San Antonio (1874)
- Tres cuentos (1877)
- Bouvard y Pécuchet (inacabada, edición póstuma).