JUAN DE LA CRUZ: LA CIMA POÉTICA DEL MISTICISMO
Juan de Yepes Álvarez, conocido por su nombre religioso de Juan de la Cruz, nació en el pueblo de Fontiveros, en España, en 1542 en una familia de la baja nobleza castellana sumida en la pobreza. Su padre murió cuando él tenía 3 años y solo pudo estudiar con los jesuitas de Medina del Campo a cambio de ayudar en el cuidado de los pobres en el hospital de la ciudad.
A los 21 años, acabados sus estudios, Juan de Yepes fue admitido en la orden carmelita, donde profesó con el nombre de Juan de San Matías. Debido a su facilidad para el estudio, es enviado al convento carmelita de Salamanca, donde estudia durante tres años tanto la filosofía medieval como la grecorromana. En esta fase inicial de aprendizaje descubre también la importancia de la penitencia y del renunciamiento. Incluso llega a creer que solo la orden cartuja le permitirá realizar su vocación pero Teresa de Ávila, que había comenzado a reformar la rama femenina del Carmelo asiste a su primera misa, en 1567, y le convence para que sea él quien lleve a cabo la reforma entre los hombres una vez haya terminado sus estudios en Salamanca.
El primer convento masculino reformado será el de Duruelo, donde Juan de Yepes tomará su nombre definitivo de Juan de la Cruz. Allí se intala con dos compañeros y se entrega a la penitencia hasta el punto de que Teresa de Ávila debe pedirle que modere su mortificación. Los siguientes conventos reformados son los de Pastrana y Alcalá de Henares. A partir de ese momento Juan de la Cruz será considerado el maestro de los carmelitas reformados. La propia Teresa, en 1572 lo nombra director espiritual de las religiosas del monasterio de la Visitación de Ávila, donde ella reside. Durante tres años Juan de la Cruz reside allí y luego acompaña a la reformadora al nuevo convento de Segovia.
Hasta 1577, Teresa y Juan cuentan con el favor del rey y la protección del nuncio pero a partir de entonces los propios carmelitas deciden declarar rebeldes a los “descalzos”. Por ello, el 2 de diciembre de 1577 Juán de la Cruz es hecho prisionero y encerrado encerrado en secreto en una celda del convento de Toledo durante nueve meses. Pese a su sufrimiento físico, este periodo es uno de los más intensos de su vida espiritual. De hecho, allí compuso algunos de sus principales poemas como el Cántico espiritual.
Juan de la Cruz consiguió escapar de su prisión pero continuó su labor de promoción de los carmelitas descalzos, que, además, deseaban separarse de la orden original. Esto último reforzó la oposición de los carmelitas calzados, que llegaron a pedir su excomunión. Para intentar suavizar las tensiones, el poeta fue enviado al convento del Calvario, en Sierra Morena. Allí escribió un comentario en prosa para su Cántico espiritual y llegó a ser rector de la Universidad de Baeza.
Tras el decreto del papa Gregorio XIII que estipulaba la separación de carmelitas calzados y descalzos, a Juan de la Cruz se le envía a fundar un nuevo monasterio a Granada, de donde es nombrado superior. A petición de una de sus hermanas carmelitas, escribe una explicación, estrofa a estrofa, de sus dos grandes poemas, lo que da lugar a sus tratados espirituales Subida al monte Carmelo y La noche obscura, en los que describe las etapas de la ascensión del alma hacia Dios. Poco después,a petición de otra monja, escribe el poema Llama de amor viva, en el que habla de la unión del alma con Dios comparándola con un fuego interior. Afirma, igualmente, que la unión con Dios debe pasar por una purificación dolorosa.
En 1585, Juan de la Cruz es nombrado vicario provincial de Andalucía y debe visitar numerosos conventos. Sin embargo, su salud es frágil lo que hace que sea dispensado de todos sus cargos a partir de 1591. A finales de ese año, enfermo, es enviado al convento de Úbeda, donde muere el 14 de diciembre, después de haber pedido que se le leyera el Cantar de los Cantares.
Tras su muerte fue rápidamente considerado santo y uno de los más grandes místicos españoles. Finalmente fue proclamado también “Doctor de la Iglesia” en 1926.
Juan de la Cruz en sus diferentes obras describe el proceso místico como un camino hacia Dios que se compone de tres vías: la vía purgativa, la vía iluminativa y la vía unitiva. La vía purgativa consiste en el abandono de todas las ligaduras que nos atan al mundo exterior. La vía iluminativa es ya un paso hacia la contemplación el paso definitivo es la vía unitiva, la unión del alma con Dios. Juan de la Cruz afirma que dios está presente en el centro del alma. Esta unión es comparada con un matrimonio espiritual.
El momento culminante de la producción literaria de Juan de la Cruz data de su periodo de prisión en Toledo entre diciembre de 1577 y agosto de 1578. Allí escribió el Cántico espiritual e inmediatamente después La noche oscura. El poema Llama de Amor viva y las últimas estrofas del Cántico espiritual fueron escritos a partir de 1582.
Sus poemas pueden diferenciarse de acuerdo con el tipo de poesía que utiliza. Sus obras principales pertenecen a la poesía clásica castellana, a la manera de Garcilaso, pero también escribió poesía a la manera tradicional como villancicos, romances, glosas y canciones. Su principal libro de inspiración es la Biblia y, principalmente, el Cantar de los Cantares pero la forma de sus principales obras y buena parte del léxico amoroso y del estilo literario que le ha hecho famoso no pasa de ser una depuración de las formas líricas italianas del Renacimiento que habían sido adaptadas a la lengua castellana en la primera mitad de ese siglo XVI.
Sus poemas buscan reescribir su experiencia espiritual y, de hecho, se los entregaba a las religiosas que se los pedían como parte de su formación espiritual. Para facilitar su correcta comprensión religiosa escribió también explicaciones en prosa de sus poemas mayores. Se trata de unos comentarios de una gran riqueza doctrinal. Estas cuatro obras en prosa contribuyen a potenciar y clarificar la dimensión mística de la poesía de San Juan, aumentando su singularidad en el seno de la poesía española.
La riqueza de la obra literaria de Juan de la Cruz le convierte en uno de los principales escritores de la lengua española y, en concreto, su poesía está considerada una de las cimas de todala literatura europea.
PRINCIPALES OBRAS
POESÍA LÍRICA
Cántico espiritual
Noche oscura
Llama de amor viva
COMENTARIOS EN PROSA
Subida del monte Carmelo
Cantico espiritual
Noche oscura