JEAN RACINE: LA TRAGEDIA NEOCLÁSICA FRANCESA

     Jean Racine, el gran dramaturgo francés del Siglo de Oro francés, nació en una familia de la pequeña nobleza en 1639. Al quedar huérfano, a los tres años de edad, sus abuelos confiaron su educación a las escuelas de Port-Royal de París, donde recibió una educación jansenista entre 1655 y 1658. Más tarde cursó estudios de filosofía en el Colegio D'Harcourt de París. A partir de los 18 años, carente de bienes de fortuna pero mantenido por un rico miembro de su familia, se trasladó hasta 1663 a la villa de Uzès, cerca de Nimes, esperando recibir un beneficio eclesiástico que le permitiría consagrarse plenamente a la literatura. Finalmente, regresó a Paris, donde recibió una pensión del rey Luis XIV gracias a una obra basada en una convalecencia del rey. A partir de este momento, y aunque finalmente recibió la sinecura de Uzès en 1666, Racine va a dedicarse por completo a la literatura.

     En primer lugar, Racine consigue que la compañía de Molière represente dos de sus obras, La Tebaida en 1664, y Alejandro Magno en 1665. Sin embargo, el éxito de esta última y la posibilidad de representarla ante el propio rey, hizo que Racine encargara una segunda puesta en escena a la compañía teatral rival de la de Molière, lo que enemistó a ambos escritores. El éxito que consigue en 1667 con la tragedia Andrómaca le proporciona una gran reputación. Después compone sucesivamente Británico (1669), Berenice (1670), Bayaceto (1672), Mitrídates (1673), Ifigenia (1674) y Fedra (1677).

     En 1674, el favor real le permitió obtener un puesto en la tesorería de Francia, lucrativo y ennoblecedor, lo que le llevó a renunciar a su beneficio eclesiástico. Por otra parte, su enorme éxito en los escenarios hizo que fuese nombrado miembro de la Academia francesa en 1673 e historiógrafo del rey Luis XIV, junto con Boileau, a partir de 1678, lo cual paradójicamente, le hace renunciar al teatro. Por estas mismas fechas, contrajo matrimonio con una burguesa ennoblecida como él, Catalina de Romanet, con la que, pese a tratarse inicialmente de un matrimonio de interés, tuvo siete hijos. Por último, y a petición de Madame de Maintenon, aún escribirá para las alumnas del internado de Saint-Cyr las tragedias bíblicas, pedagógicas y morales, Esther (1689) y Atalía (1691).

     En esta etapa final de su vida, Racine permaneció siempre cerca del rey y fue recompensado con el cargo de Gentilhombre ordinario de la Casa del Rey y compró el cargo de Consejero-Secretario. A pesar de haberse enfrentado repetidas veces, a partir de 1666 a los jansenistas con los que se había educado, en la fase final de su vida, Racine se reconcilió con ellos y llegó a escribir en secreto una Breve Historia de Port-Royal que se publica tras su muerte en París el año 1699. De hecho, fue enterrado en el cementerio de Port-Royal.

 

PRINCIPALES OBRAS

     La Tebaida (1664)

     Andrómaca (1667)

     Británico (1669)

     Ifigenia (1674)

     Fedra (1677)

     Esther (1689)