VICTOR HUGO: EL GRAN INTELECTUAL FRANCÉS
Victor Hugo, nacido en 1802, fue hijo del general de Napoleón y conde Léopold Hugo. De niño residió en Nápoles y España, donde estuvo destinado su padre, hasta su regreso a París en 1813. Por entonces sus padres se separaron y Victor comenzó a desarrollar su vocación literaria. Con 14 años escribió: «Quiero ser Chateaubriand o nada». La buena posición social de su familia le permitió estudiar en el Liceo Louis le Grand pero ya con 17 años y animado por sus primeros éxitos literarios, abandonó sus estudios iniciales de matemáticas para fundar una revista. Su primer libro de poemas, Odas y Poesías diversas, aparece en 1822. También por esas fechas contrajo matrimonio con una amiga de la infancia, Adèle Foucher, con la que tuvo cinco hijos.
En 1827 su drama Cromwell fue todo un escándalo porque en él Hugo rechazaba las convenciones clásicas que por entonces se venían considerando imprescindibles para la creación literaria. Por ello, Victor Hugo se convirtió en uno de los jefes del movimiento romántico de Francia no solo en el teatro sino también en la lírica, con Las Orientales (1829) y en narrativa, con la novela histórica Nuestra Señora de París (1831). Su posición de líder de la nueva corriente literaria se consolidó en 1830 cuando el estreno de otro drama suyo, Hernani, fue motivo de otra larga serie de enfrentamientos entre los «clásicos» y los «modernos», la nueva generación de románticos que aspiraba a una revolución del arte dramático.
En 1833 conoce a la actriz Juliette Drouet, a la que dedicará innumerables poemas y que se convertirá en su amante de por vida. Ese mismo año supone su consagración como dramaturgo gracias al éxito de Lucrecia Borgia. De hecho, ante la falta de escenarios para representar sus nuevos dramas, cuya puesta en escena era compleja y costosa por la cantidad de escenografía y tramoya que exige la ruptura de las unidades, Hugo decidió, junto con Alejandro Dumas, crear una sala dedicada al drama romántico, el Théâtre de la Renaissance, que abrió sus puertas en 1836.
Victor Hugo ingresó en la Academia francesa en 1841, en un momento de máximo éxito personal y de mayor influencia literaria. Por contra, en 1843, su hija Léopoldine muere trágicamente ahogada en el Sena. El escritor se ve muy afectado por esta muerte y desde esta fecha y hasta su exilio en 1851, deja de publicar.
Al inicio de la Revolución de 1848, el escritor, que desde 1845 era Par de Francia, fue nombrado alcalde de un distrito de París y resultó elegido diputado conservador. Poco después, durante los motines obreros, participó personalmente en la matanza, comandando tropas frente a las barricadas en su distrito, y ese mismo 1848 apoyó la candidatura de Luis Napoleón Bonaparte, como presidente de la República. Solo posteriormente se fue alejando de sus antiguas posiciones políticas, claramente reaccionarias.
Cuando se produce el golpe de Estado de 1851, Victor Hugo primero es retenido pero luego se exilia voluntariamente en Bruselas. Desde allí condena con tanta fuerza el golpe de Estado de Napoleón III que es expulsado del país, al igual que de la isla británica de Jersey. Establecido finalmente en Guernesey, forma parte de un reducido grupo de proscritos que se niegan a volver a Francia tras el decreto de amnistía para manifestar su rechazo radical al gobierno del emperador. Estos años, difíciles en el ámbito personal y político, fueron muy fecundos desde el punto de vista literario: publicó Las contemplaciones (1856), La leyenda de los siglos (1859) y Los miserables (1862).
Hugo regresa a Francia en 1870, después de la derrota de Napoleón III en Sedán. Recibe una acogida triunfal en París y participa en su defensa pero no en la Comuna, cuya represión critica duramente desde el extranjero. Todavía en 1876 es elegido senador pero en 1878 cae enfermo y abandona casi por completo la vida pública. A su muerte, en 1885, la Tercera República Francesa lo honró con un funeral de Estado, sus restos fueron inhumados en el Panteón de París y su comitiva fúnebre fue seguida por casi dos millones de personas.
Durante juventud Victor Hugo se implicó duramente contra la pena de muerte y en su madurez mantuvo posiciones muy radicales sobre la lucha social. También defendió con frecuencia la idea de la creación de los Estados Unidos de Europa, concebidos como una Europa de los pueblos en oposición a la Europa de los reyes: una confederación de Estados con pueblos unidos por el sufragio universal.
Víctor Hugo fue un escritor prolífico y su obra completa cuenta con 53 volúmenes en los que podemos encontrar casi todos los géneros: novela, poesía, teatro, ensayo...
Publicó nueve novelas que abarcaron toda su vida, todas las modas y todas las corrientes literarias de su tiempo, con éxitos inmensos como Notre-Dame de Paris o Los miserables. Para Hugo la novela debe al mismo tiempo instruir y gustar, siempre al servicio del debate de ideas. Esta constante marca las novelas abolicionistas de su juventud y prosigue, en su madurez, a lo largo de sus numerosas digresiones sobre la miseria material y moral en Los miserables.
Su teatro es, ante todo, renovador. En Cromwell incluye un prefacio destinado a defender su obra y exponer sus ideas sobre el drama romántico: un teatro «todo en uno», a la vez drama histórico, comedia, melodrama y tragedia, a la manera de Shakespeare. Por otra parte, para Hugo el teatro tiene la misión de instruir y de ofrecer una tribuna para el debate de ideas. Aparte de las cuestiones teóricas, Victor Hugo tuvo que enfrentarse a numerosas dificultades para la representación de sus obras relacionadas con la política, la puesta en escena o la propia valoración del mundo artístico. Sus últimas piezas, escritas durante el exilio y nunca estrenadas en vida, fueron compiladas en una colección con el título de Teatro en libertad.
Como poeta lírico, a los veinte años de edad, en sus Odas Hugo ya deja entrever los temas recurrentes en su obra: el mundo contemporáneo, la historia, la religión y el papel del poeta en la sociedad. Posteriormente, se vuelve cada vez más romántico y prefiere por un tiempo el arte por el arte: Las orientales. A partir del exilio comienza un período de creación considerado como el más rico, original y poderoso de su obra con Las contemplaciones, apoteosis lírica marcada por el exilio en Guernesey y la muerte de la hija. Como poeta se convierte él mismo en profeta, en una voz del más allá pero, al mismo tiempo, con un lirismo amoroso y sensual nos ofrece algunos de los poemas más célebres inspirados por Juliette Drouet. Finalmente, La leyenda de los siglos, su obra maestra de poesía, sintetiza la historia del mundo en una gran epopeya: la ascensión lenta y dolorosa de la humanidad hacia el progreso y la luz.
PRINCIPALES OBRAS
Teatro
1827: Cromwell.
1830: Hernani.
1833: Lucrecia Borgia.
1838: Ruy Blas.
Novela
1829: El último día de un condenado a muerte.
1831: Nuestra Señora de París.
1862: Los miserables.
Poesía
1822: Odas y poesías diversas.
1829: Las orientales.
1856: Las contemplaciones.
1859: Primera serie de La leyenda de los siglos.