CERVANTES, SHAKESPEARE Y EL DÍA DEL LIBRO
Como es bien sabido, el día 23 de abril se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Libro. Se trata de una fecha conmemorativa aprobada y difundida por la UNESCO a partir del año 1985, aunque en realidad venía celebrándose en España desde 1930. La razón por la que se eligió esta fecha es porque en ella se da una curiosa coincidencia: ese día se celebra el aniversario de la muerte del más importante de los escritores españoles, Miguel de Cervantes, y el más importante de los escritores ingleses, William Shakespeare, muertos ambos el 23 de abril de 1616.
Hasta aquí lo que no deja de ser una caprichosa casualidad. Pero la verdadera curiosidad sería que, aunque, en efecto, Shakespeare y Cervantes murieran el 23 de abril del mismo año, Cervantes llevaba muerto ya diez días cuando murió Shakespeare. ¿Cómo se entiende esto?
La razón de esta aparente sinrazón tiene que ver con los conflictos religiosos que dividieron el continente europeo en la época de estos dos genios de la literatura y con los problemas que ha generado siempre a la Humanidad el establecimiento de un buen calendario. ¿Curioso, no? Lo explico.
En la Edad Media en Europa se generalizó el uso de un calendario muy parecido al actual, llamado Juliano, porque fue establecido por Julio César en el siglo I a.C. El calendario juliano inventó los años bisiestos, es decir, consideraba que el año no tenía 365 días, sino 365,25 y, por lo tanto, cada cuatro años había que añadir un día más. Pero resulta que el día tiene en realidad 365,2422 por lo que, a pesar de los años bisiestos, el calendario juliano se fue desajustando con el paso de los siglos.
Y así llegamos al siglo XVI, y más concretamente a 1582. Para entonces el desajuste provocado por esos pocos minutos de más suponía ya 10 días de diferencia y un papa, Gregorio XIII, decidió corregir ese error. Para ello introdujo una norma que todavía funciona: son bisiestos aquellos años cuyas dos últimas cifras son divisibles por 4, exceptuando los múltiplos de 100 (1700, 1800, 1900...), de los que se exceptúan a su vez los que también sean divisibles por 400 (1600, 2000, 2400...). Además, para eliminar esos diez días que sobraban, al jueves 4 de octubre de 1582 le siguió el viernes 15 de octubre. Es decir, a partir de octubre de 1582 al calendario juliano lo sutituyó el calendario gregoriano, que seguimos utilizando hoy en día.
¿Y esto que tiene que ver con Cervantes y con Shakespeare? En realidad tiene que ver con los países en los que vivían, España e Inglaterra, de religión católica uno y anglicana el otro. Felipe II, rey católico de España, adoptó el calendario gregoriano el mismo día 15 de octubre de 1582 en el que entró en vigor en Roma pero en la Inglaterra anglicana de Isabel I ese día no hubo ni el más mínimo cambio en el calendario. Allí siguió utilizándose el calendario juliano durante toda la vida de Shakespeare y por lo tanto, el 23 de abril de 1616 gregoriano, día del entierro de Cervantes -que no de su muerte-, en Inglaterra era el 13 de abril. Por el contrario, el 23 de abril juliano, fecha en la que murió Shakespeare, en España era ya 3 de mayo. Así que Cervantes y Shakespeare murieron, en todo caso, en la misma fecha pero no el mismo día.
Por cierto, Inglaterra no adoptó la reforma gregoriana hasta 1752: ese año, al miércoles 2 de septiembre le siguió el jueves 14. Y aun así, siguen conduciendo por la izquierda. [E.G.]