SIGLO IX: LA HERENCIA CULTURAL DE CARLOMAGNO

    El siglo IX es el siglo del Renacimiento Carolingio. Las instituciones culturales como la escuela palatina de Aquisgrán, fundadas en el entorno de la corte imperial por letrados como Alcuino, mantuvieron su influencia durante la segunda parte del reinado de Carlomagno y el de su hijo Ludovico. Fue una época en la que se produjo un esfuerzo sostenido, consciente y en cierto modo exitoso por dotar a la imagen del emperador, de su reino y de su gobierno de un aura mítica que los vinculara al antiguo Imperio Romano. La incorporación del Papado a este proyecto iconográfico favoreció la construcción de un imaginario compacto en el que la unión de religión cristiana y poder imperial establecieron un vínculo a distancia con el referente mítico de Roma. De este modo, el siglo IX se convierte, sobre todo, en la etapa fundacional de la idea de Europa como reconstrucción de un pasado glorioso, idea que va a traspasar toda la Edad Media y que va a ser el sostén básico de la Etapa Clásica de la cultura europea durante la Edad Moderna.

     En este sentido, la biografía de Carlomagno escrita por Einhard en la primera mitad del siglo IX sobre los modelos literarios de las biografías de los emperadores romanos del siglo I de Suetonio, aparece como un ejemplo magnífico de lo que se propuso y llegó a conseguir, si bien en pequeña medida, la época.

     Otro aspecto, aparentemente menor, pero de pareja trascendencia, tiene que ver con la adopción y éxito definitivo de la minúscula carolina como forma de escritura propia. El cambio de modelo de letra, que a la larga hizo indescifrables los códices y los papiros de épocas anteriores, forzó la reescritura de los textos que eran considerados básicos por los intelectuales del momento. Este proceso de selección en origen puramente mecánico, acabó, sin embargo, con la mayor parte del legado cultural de la Antigüedad, y sobre todo, implicó un brutal proceso de selección inconsciente que condicionó para siempre la evolución de la cultura europea. Miles de volúmenes antiguos fueron usados como papel reciclado para reescribir sobre ellos textos de carácter teológico o devocional y, más adelante, muchos de los supervivientes, considerados mamotretos ilegibles, fueron definitivamente desechados y utilizados para diversos fines de tipo práctico como calentar las gélidas salas de los monasterios medievales.

     En este sentido el Renacimiento Carolingio del siglo IX resultó trascendental para la cultura europea no solo porque fijó algunos de sus rasgos característicos sino también porque acotó el propio acervo cultural con el que iban a poder contar en el futuro los intelectuales europeos. [E. G.]